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21 de febrero del 2025

Jazthur

Hobbes y Leviatán: La importancia de las leyes.

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La naturaleza humana, según el filósofo ingles Thomas Hobbes, tiende al conflicto cuando no existe una estructura que regule las interacciones entre los individuos. Pues, sin normas, cada persona actuaría conforme a sus propios deseos sin considerar las consecuencias para los demás. Por ello, la existencia del Leviatán, un enorme conjunto de reglas, es fundamental para garantizar la armonía y la estabilidad social.

 

Imaginemos un partido de fútbol sin árbitro ni reglamento. 

Los jugadores podrían hacer trampa, lastimarse entre sí y discutir sin llegar a acuerdos. El juego se convertiría en un enfrentamiento violento en el que los más fuertes impondrían su voluntad. Hobbes describe un estado similar cuando habla del "estado de naturaleza", donde sin normas ni autoridad, los seres humanos vivirían en un conflicto constante.

Para evitar esta situación, el filósofo propone un contrato social en el que todos aceptan ceder parte de su libertad a un gobernante o a un conjunto de leyes que regulen la convivencia. Este "árbitro social" se asemeja a las reglas de un partido de fútbol, las cuales permiten que el juego sea justo y disfrutable para todos.

Si bien algunos pueden ver las reglas como restricciones, en realidad son herramientas que nos permiten disfrutar del juego de la vida de manera equitativa. Sin normas, la injusticia reinaría y los más vulnerables serían los más perjudicados.

 

Ahora, pensemos en una selva densa sin senderos ni indicaciones.

Caminar por ella sería peligroso y confuso, cada persona tomaría rutas distintas y se perdería en la espesura. Las reglas funcionan como caminos, guiando a la sociedad hacia un destino común y evitando el caos.

Hobbes afirma que sin un conjunto de estatutos que guíen el comportamiento humano, las personas vivirían en constante miedo y desconfianza. Las leyes y reglas son como los caminos que nos ayudan a movernos con seguridad y certidumbre.

Además, una sociedad sin normas genera incertidumbre y falta de previsibilidad en nuestras acciones. Si no existieran reglas claras sobre la propiedad, por ejemplo, cualquiera podría tomar lo que quisiera sin consecuencias. Este tipo de incertidumbre nos llevaría al conflicto, ya que nadie sabría qué esperar de los demás.

 

¿Qué pasaría si intentamos construir un castillo sin cimientos sólidos?

Tarde o temprano, la estructura colapsaría. De la misma manera, una sociedad sin códigos judiciales carecería de estabilidad y terminaría en anarquía.  

Hobbes argumenta que solo con un "Leviatán" fuerte (un sistema de gobierno basado en leyes claras y aplicables) se puede garantizar la paz y el orden.

Las reglas son el fundamento que mantiene en pie cualquier comunidad, desde una escuela hasta un país entero. Sin ellas, la convivencia se vuelve frágil y peligrosa. Así como un castillo necesita bases fuertes para resistir el paso del tiempo, una sociedad necesita leyes y normas para evitar su colapso.

Si analizamos la historia, podemos ver que los momentos de mayor conflicto han ocurrido cuando las reglas se han debilitado o han dejado de ser respetadas. Las guerras civiles y los períodos de anarquía son ejemplos de lo que ocurre cuando la estructura de una sociedad se desmorona.

 

Otra forma de entender la importancia de las reglas es imaginarlas como un puente. 

Un nexo que conecta dos orillas y permite que las personas crucen de un lado a otro con seguridad. Sin él, cada individuo tendría que encontrar su propia forma de cruzar, arriesgándose a caer o quedar atrapado.

En la sociedad, las reglas cumplen esta función al permitir que las personas cooperen y se desarrollen sin miedo al desorden. Nos brindan seguridad, certeza y confianza en que nuestras acciones tendrán consecuencias previsibles.

Además, las reglas no son inmutables. Así como un puente puede ser mejorado y reforzado con el tiempo, las normas pueden ser revisadas y ajustadas para adaptarse a las necesidades del ser humano. Esto demuestra que, lejos de ser una carga, las reglas son una herramienta que nos permite evolucionar como comunidad.

 

Siguiendo la teoría de Hobbes en Leviatán.

Podemos ver que las reglas no son una imposición arbitraria, sino una necesidad para garantizar la paz y la cooperación en la sociedad. A través de los ejemplos del partido de fútbol, la selva, el castillo y el puente, comprendemos que las normas establecen orden, seguridad y estabilidad en nuestras vidas.

En un mundo sin reglas, el miedo y el caos dominarían; pero con ellas, podemos construir un futuro justo y armonioso. La próxima vez que sintamos que una norma nos limita, pensemos en su propósito: asegurar que todos podamos convivir en un entorno seguro y equitativo. Así como un árbitro en un partido de fútbol, una brújula en una selva o los cimientos de un castillo, las reglas nos permiten avanzar juntos hacia un mejor porvenir.

Jazthur

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